Libertad de expresión, sin matices.
Publicado el viernes, 29 de septiembre de 2006 por Ximo Puig Ferrer
Las libertades son conquistas que nunca pueden darse por definitivas. Al aceho andan los limitadores, los bienpensantes, los fundamentalistas, los herederos de la verdad infinita.
El espacio europeo se ha caracterizado por mantener ese espíritu republicano, hijo preciado de la revolución francesa, entre sobresaltos pero con la conciencia clara de que un paso atrás abre la puerta a la barbarie.
La capacidad de elegir exige regulación y criterio opero nunca oleadas de proscritos. Oír que una ópera salta de la programación del templo operístico berlinés por su crítica a Mahoma, o la imposibilidad de representar una obra teatral de Pepe Rubianes por unas declaraciones poco afortunadas del actor, son síntomas de una enfermedad que no puede convertirse en pandemia.
La directora de
El alcalde Gallardón se sometió a la presión de los ultras y facilitó la caída del cartel de la obra Todos éramos Lorca como presente a quienes va a necesitar en unos meses para permanecer en el cargo.
El miedo es libre pero la responsabilidad de los gestores públicos no debe saber de cesiones a la violencia. Frente a las amenazas, el estado tiene sus medios para garantizar la seguridad pero sin pagar precio alguno y en ningún caso, la abdicación. .
El contenido de las obras en cuestión o las manifestaciones de un actor no han de ser impartidas por nadie. Es más, pueden ser combatidas con toda la fuerza de los argumentos pro quienes discrepen.
La reacción democrática es no asistir a lo que no nos gusta. La reacción de una sociedad civilizada es denunciar aquello que consideras una falta de respeto o un abrupto insulto a la inteligencia pero no cerrarle la boca a nadie por la fuerza del poder o de la impotencia.
Los militantes de las religiones están obligados a convivir con los adherentes diversos y con aquellos que no comulgan con nada y los defensores de cualquier patria han de fortalecer sus convicciones escuchando las advocaciones de los descreídos.
No me regocija especialmente una escena con las cabezas de los profetas en la mano de nuevos dioses terrenales. Tampoco puedo asentir frases soeces de un actor tan sumamente ingenioso y admirable en su faceta artística como Rubianes.
Sin embargo, la defensa de la libertad de los demás es la defensa de nuestra propia libertad.
¿Quién puede garantizar que los censores de hoy no le censuren a usted mañana?
Con las libertades no se juega. Los miedos libres y legítimos no pueden orientar el quehacer de los responsables públicos que si se sienten incapaces de mantener los principios, no tienen más camino que una honrada dimisión.
Los ultras de las más diversas facciones se han caracterizado históricamente por emplear más las amenazas que la proclamación de unas ideas- Al inicio de la democracia española eran frecuentes los avisos de bomba en teatros cuando la función no era de su gusto. La sociedad aguantó y pasó página. Quedan algunos brotes en nuestras ciudades. Curiosamente a los fascistas que provocan altercados contra el teatro y a los promotores de la kale-borroca les unen los métodos.
¿Por qué tienen miedo a la libertad?