Golpe al modelo social europeo

Europa ha sido para nosotros una meta, un horizonte, una ambición para conquistar. Cuando hace 21 años España ingresó en la Comunidad Económica Europea se cumplía un sueño que nos ha traído, sin duda, crecimiento y bienestar.

El modelo social europeo surgido tras la segunda guerra mundial ha sido la plasmación de la aspiración socialdemócrata de combinar crecimiento económico, derechos de ciudadanía y justicia social. Durante todo el siglo XX, el movimiento obrero y la acción política progresista fue consiguiendo retos que alejaban la imagen más dura de aquel capitalismo salvaje que imponía la explotación del hombre por el hombre.

El derecho al trabajo forma parte de la dignidad de la persona y las condiciones laborales han ido mejorando al tiempo que los sindicatos en el espacio social y los partidos socialistas en el ámbito político lograban nuevas fronteras en sus reivindicaciones.

Uno de los hitos en esa lucha fue la consecución de una jornada laboral de 40 horas que superaba los días interminables en la vida de los trabajadores sometidos al imperio de la desregulación. Un éxito solidificado en toda Europa que ha propiciado una vida mejor para millones de personas y también prolongados ciclos de crecimiento.

Por todo eso, el giro neoliberal propiciado por la derecha europea que propone el aumento hasta las 60 horas semanales más allá de una aplicación generalizada que se antoja irrealizable, sí que siembra nubes negras en un paisaje que ninguna crisis puede sustentar.

El necesario aumento de la productividad de la economía de nuestros países no podrá competir con sueldos más bajos y horarios más largos. Competir con los países en desarrollo no podrá dirimirse en el escenario de reducción de derechos sociales y las condiciones de trabajo de los países emergentes. Europa debe exportar derechos no importar el recorte de los mismos.

La competitividad europea debe basarse en la sociedad del conocimiento, en la capacidad intelectual y la aplicación de las políticas de diseño y puesta en valor de los sectores económicos. Volver al pasado puede ser el sueño de algunos nostálgicos del capitalismo salvaje pero no ilumina desde luego un mundo mejor.

El gusano de la violencia.

Dicen los científicos que los humanos tenemos un cerebro 5 o 6 veces mayor que un perro –por ejemplo- lo cual configura entre otros muchos parámetros fisiológicos, la capacidad de raciocinio, la frontera de la racionalidad que nos distingue del conjunto animal.

Las dudas sobre el hombre se alumbran siempre en el gusano de la violencia. Ayer a la noche ocurrió en el norte, en Pasaia, donde unos vascos, enajenados por la extraña creencia de ser los poseedores de los valores profundos de la patria, agredieron a otros vascos que defienden la libertad de pensar en libertad. Vascos contra vascos.
En el sur más sur, hace semanas que negros matan a negros. La cultura del apartheid que durante años sometió en Sudáfrica a la mayoría de población negra ha creado un virus que ha cambiado una segregación racial por otra. Siempre habrá negros más pobres para discriminar. Negros contra negros.
En la tragedia del terrorismo que se ejerce en el hogar contra la mujer en demasiadas ocasiones se descubren biografías marcadas por una pedagogía del odio que destroza la conciencia.
La triste perplejidad constata que las víctimas de ayer ejercen hoy de verdugos en el círculo vicioso que enerva el gusano de la violencia.
Algo pasa, sin duda, en ese gran cerebro de muchas personas atrapadas por la desazón de un rencor que ahoga la utopía de un mundo sin violencia.
Cualquier estrategia para cercar al gusano deberá ser bienvenida porque la convivencia en paz y libertad es un espacio vital irrenunciable.
Buena semana.

Mayo, 40 años después.

La primavera del 68 es más que un hito de nuestra historia contemporánea. Su presencia evoca toda una amalgama de sentimientos, de repercusiones políticas, de esperanzas rotas, de fin de las utopías.

De hecho, la influencia del espíritu del mayo francés ha sido en el imaginario colectivo mucho más trascedente que lo fuera en la realidad de los hechos. Al fin y al cabo tras un mes de revolución, de alianza de clase entre estudiantes y trabajadores, todo acabó con el general De Gaulle volviendo a ganar las elecciones tras la finiquitación del movimiento entre divisiones y un creciente divorcio de intereses.

Pero, la huella de lo que pasó fue más profunda que su resultados concretos. La explosión de la nueva situación anunció cambios fundamentales en cuestiones hasta el momento ausentes de la agenda social como el feminismo o el ecologismo y puso la paz o una idea de lo global que décadas después se asume como paradigma del nuevo siglo.

Han sido frecuentes en los últimos tiempos las alusiones por dirigentes conservadores como Sarkozy o el propio Aznar las diatribas contra los denominados hijos -o nietos ya- ideológicos de aquella efervescencia que reclamaba por las calles la imaginación al poder o romper todas las barreras del posibilismo. El presidente francés reclamaba la ruptura con la herencia del mayo y el expresidente español llamaba a la revuelta contra los progres trasnochados.

Nunca la ola expansiva de una derrota alcanzó tan lejos y propuso una diversidad de reacciones, en muchas ocasiones contradictorias, que han condicionado los análisis y a los analistas por varias décadas. La ruptura de los viejos moldes inundó las propias vivencias en esa perfomance siempre presente entre lo singular y lo plural, entre el derecho al proyecto individual y los anhelos comunitarios.

El esthablisment, todo el sistema, palideció de miedo, más tarde se recompuso pero ya nunca sería lo mismo.
La primavera también llegó a Praga y Ducek ensayó una perestroika tan avanzada en su tiempo que fue acallada por los tanques rusos antes que llegara el verano. A pesar de la enmienda a la totalidad que hacen hoy los nuevos dirigentes conservadores checos, la revolución de terciopelo empezó a hacer temblar la arquitectura del telón de acero.

Las repercusiones también llegaron a la España de Franco mitigadas, eso sí, por el ensordecedor silencio del régimen que con la estigmatización comunista-masón lo daba todo por zanjado.
En esos días sonó Raimon en la universidad madrileña y “per unes quantes hores ens vam sentir lliures i aquell 18 de maig a la Villa ens va donar força per viure”.

Las herencias hay que administrarlas cuando nacen de la libertad y de la ilusión por un mundo mejor, con respeto. Sin maniqueísmos pero con profundo respeto. Porque si hoy aquí hay libertad también es por aquellas cosas que empezaron a pasar en alguna universidad y en algunas fábricas cuando muchos aún éramos niños y muchos españoles de hoy no habían nacido.

Buena semana.
"El PSPV necesita un equipo capaz de entender los cambios de la sociedad"

El aspirante a dirigir el socialismo valenciano rechaza los "liderazgos cesaristas", reconoce los fallos de comunicación del partido y prefiere grupos de trabajo que sepan conectar con la ciudadanía


Entrevista publicada en Las Provincias de Alicante el 09.05.08 -
A. BARTOLOMÉ
ALICANTE



Forma parte de una generación del PSPV que vivió desde un segundo plano las legislaturas de dominio socialista en la Comunitat Valenciana, las que los populares tildaron de "rodillo". Ahora, Joaquín Puig, de 49 años, al que siempre todos han llamado Ximo, aspira a ser el próximo secretario general del partido. Desde que tomó la decisión, su agenda no tiene respiro. El martes, por ejemplo, se reunió con representantes de Juventudes Socialistas y mantuvo un encuentro con militantes de San Vicente.

-¿Por qué si, como dice, hay una mayoría progresista en la Comunitat, el PSPV no está en el Consell desde el año 1995?
-Es una situación compleja y que no tiene un diagnóstico fácil. Ha habido unos cambios sociológicos en esta comunidad, un crecimiento económico sostenido. Pero al final ha habido un gobierno que ha sabido crear una red clientelar que ha identificado lo que es el partido con la Comunitat y que, por otra parte, ha tenido una red mediática, una patrimonialización de los medios públicos que han llegado a convencer a los ciudadanos de cosas tan insólitas como que esta comunidad es líder en todo.

-En eso insiste mucho Camps.
-En el último año hemos crecido por debajo del PIB nacional. En este último año ha crecido el paro por encima de la media nacional. De hecho, en la provincia de Alicante, Camps, con esta política que despliega en clave interna de laminar a los zaplanistas, hace grandes elogios que no se corresponden con su acción política. De hecho, de cada diez parados de la Comunitat, cuatro son de Alicante.
-¿Cómo se construye el futuro inmediato del PSPV?
-Lo que tenemos que hacer es saber dónde estamos, leyendo bien qué pasa en nuestra sociedad. Apostando por la actualización de nuestro proyecto. Eso pasa por la modernización de nuestra propuesta en los valores del siglo XXI.
-¿Modernización del partido quiere decir provincialización?
-Por mi propia visión periférica de la realidad, creo que en Alicante y Castellón hay una necesidad de adaptación a la realidad provincial.
-¿Lo cree así?
-Puede y debe subsistir la estructura comarcal adaptándola a las realidades actuales sin proceder a devaneos históricos, viendo cómo podemos ser más operativos. En Alicante y Castellón hay medios e instituciones de carácter provincial y debe haber en el PSPV una respuesta provincial. Eso se debe hacer fortaleciendo la acción política de la Comunitat, no debilitándola. No creo positivo ir a una centrifugación que fuera negativa y de confrontación. Eso sería absurdo.
-Confrontación. ¿Se han acabado las luchas intestinas en el PSPV?
-En estos años ha habido un proceso de superación de viejos problemas. No debemos volver atrás. En este partido caben absolutamente todos, cabemos todos. No sobra nadie sino que faltan muchos más.
-¿Es necesario que tenga que venir el secretario de Organización del PSOE a poner orden en el PSPV?
-El PSOE sabe de la importancia de la Comunitat. Tiene que actuar con la mayor complicidad con los socialistas valencianos para conseguir los objetivos trazados. Lo que se trata es de que haya más corresponsabilidad entre el PSPV y el PSOE.
-Es difícil de explicar que mientras en el conjunto de España el PSOE ha ganado, en la Comunitat el PP ha arrasado cuando desde la transición hasta el año 95, la Generalitat estuvo en manos del PSPV. ¿Qué ha pasado?
-No hemos sabido leer las evoluciones producidas. De todas maneras somos un partido importante, que tenemos el 40% del voto. No somos marginales. Tenemos esa fuerza suficiente para hacer ese ejercicio de autocrítica. Sobre todo hay que resaltar que el PP ha sabido instalar en el imaginario colectivo cuestiones que no se corresponden con la realidad. Pero es que la gente piensa que es verdad.
-Por ejemplo.
-La ley de Dependencia. Es un desastre absoluto cómo se está llevando a cabo. Tenemos el paradigma del agua. Aquí el PP durante ocho años no hizo nada. Parece ser que todo ha sido un problema del Gobierno socialista.
-¿Se acaba el mundo sin el trasvase del Ebro?
-En el tema del agua como en otros muchos, no creo en fundamentalismos. No hago debates a la totalidad respecto a instrumentos. Los instrumentos son fundamentales para llegar a las soluciones. No son el objeto de la discusión. ¿Las desalinizadoras son efectivas? Sí. A medio y largo plazo serán un elemento fundamental. Aseguran el agua para siempre.-¿Y los trasvases? -Cuando sean necesarios, como aquí lo es el Tajo-Segura, pues se hace. ¿Es necesario el Júcar-Vinalopó? Pues se hace. Ahora bien, pensar que la solución a todo es el trasvase único de un río para todo el Mediterráneo yo creo que eso es algo que no lo sostiene nadie. Hay que despolitizar esta cuestión.
-¿Es usted el Zapatero de la Comunitat Valenciana?
-Zapatero sólo hay uno. Ha sido una magnífica solución para el PSOE y para España pero aquí debemos ser capaces de hacer una dirección potente que empuje al cambio compartido. Lo fundamental es que actualicemos el proyecto. Que tengamos capacidad de comunicación con la sociedad y que la ejecutiva sea un equipo. Aquí no hay ningún liderazgo cesarista que pueda salvar este país. Las grandes corporaciones internacionales trabajan más ya en términos de equipo. Ese es el camino que necesita el PSPV, en mi humilde opinión.

ENCUENTRO CON JOVENES DE ALICANTE Y MILITANTES DE SAN VICENTE DEL RASPEIG

El aspirante a la candidatura a la secretaría general apuesta en Alicante por consensuar un plan estratégico para hacer frente a la desaceleración económica

PUIG PROPONE LA CREACIÓN DE UN OBSERVATORIO EN EL PSPV PARA FACILITAR LA APLICACIÓN DE LA LEY DE DEPENDENCIA

El aspirante a la candidatura a la secretaría general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, propuso ayer en Alicante la creación de un observatorio en el PSPV para garantizar la aplicación de la ley de dependencia para evitar el boicot que desde la Generalitat está realizando su presidente, Francisco Camps, para que las ayudas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en esta materia no lleguen a los ciudadanos. De esta forma, según concretó Puig, “el partido creará un observatorio con cuatro objetivos principales como son realizar un seguimiento del grado de aplicación de la ley; informar a todos los ciudadanos y ciudadanas sobre las líneas de subvenciones y de todas las coberturas que garantiza la ley; recoger toda la documentación para facilitar la tramitación de las solicitudes y, en último lugar, realizar una evaluación del grado de aplicación de la ley”.En este sentido, calificó de “indecente” la actitud que está demostrando el Consell de Camps, “impidiendo y bloqueando en la medida de lo posible la aplicación de una ley fundamental para miles de ciudadanos y ciudadanas de nuestra comunidad” y como ejemplo denunció el hecho de que sólo el presidente de la diputación de Castelló, Carlos Fabra, tenga más asesores que funcionarios hay en toda la Comunitat para encargarse de los trámites necesarios para la aplicación de la Ley de Dependencia. Puig realizó estas declaraciones tras la reunión que mantuvo con militantes y simpatizantes del PSPV en Sant Vicente del Raspeig, en Alicante.

Por otra parte, destacó la necesidad de crear un plan estratégico real, capaz de hacer frente a la desaceleración en una provincia, Alicante, que ha sufrido especialmente los efectos de la nula política económica del PP y de Camps en particular. En este sentido, recriminó a Camps y al PP que “no adoptaron ninguna medida en este sentido el año pasado, cuando ya empezaba la desaceleración, y prefirieron centrar sus esfuerzos en organizar visitas del Papa, convocar cónclaves internos del partido o estar permanentemente en campaña electoral en lugar de gobernar”. De hecho, lamentó que Camps “haya actuado y siga actuando más como agente de Génova y de Rajoy, que de presidente de la Generalitat”. En este sentido, recordó que la Comunitat tiene competencias en industria, agricultura, sectores productivos en su conjunto y por tanto es a la Generalitat a quien corresponde poner en marcha ese plan de choque para frenar la desaceleración y crear empleo”. Por último, denunció que las únicas visitas que realiza el presidente de la Generalitat a Alicante son para “laminar a los zaplanistas”.


Puig también se reunió con Joves Socialistes de la ciudad de Alicante para exponerles el documento marco “Un nuevo inicio para el socialismo valenciano” que aboga por combinar los valores contrastados de la socialdemocracia con la modernidad y la innovación. Los jóvenes se mostraron interesados por el documento y se comprometieron a realizar sugerencias y aportaciones que crean convenientes y discutirlas en un próximo encuentro.

Un hedor inquietante

Nada presagiaba la tragedia que se vivía en aquella casa normal de barrio normal en una ciudad de una normalidad apabullante. El austriaco de bigotillo recortado que ha protagonizado las portadas, los espacios televisivos, las tertulias livianas o los sesudos debates y ha conmocionado a la opinión púbica europea ejerció durante un cuarto de siglo como aquellos dioses vengativos de la antigüedad en cuyas entrañas sólo habitaba la peor versión del mal.


La espeluznante cosmovisión que les hizo padecer a sus hijos el monstruo de bigotillo recortado, la catástrofe moral que provocó en su perverso ataque a la dignidad de unas personas tan absolutamente cercanas a él, producen un desasosiego rebosado de inquietud sobre la sociedad europea.


Sí porque es que ha pasado aquí, en un país con la renta per cápita por encima de la media de la Unión, con un potente estado del bienestar, con una supuesta alta definición de la civilización. Ha pasado aquí en el norte donde se mira por encima del hombro a los subdesarrollados.
La estupefacción, sin embargo, no tiene límites. Este domingo centenares de curiosos, incluso turistas, se dirigieron a la casa de los horrores para hacerse fotos tal cual parque temático se tratara. Oigan ¿aquí qué nos pasa?. A veces piensas que la intoxicación masiva de realitis-shows ha invadido miles de conciencias secuestradas por la necesidad de aparecer en ese mundo donde la realidad y la ficción ya no tienen barreras.


Por aquí el escándalo viaja afortunadamente en otros vagones más o menos indecentes pero sin atisbos de semejante crueldad. La sobrina de Rouco se densuda para denunciar la doble moral de su tío el presidente de la Conferencia episcopal, ningún juez parece interesado en resolver el Caso Fabra, Zaplana se concecta a la aristocracia telefónica y la Generalitat Valenciana continúa sin oir el quejido de miles de personas que exigen el cumplimiento de la ley de la dependencia.


La televisión te pone en el plato la foto de ese austriaco con bigotillo recortado y el zapping de urgencia te conduce al mundo salvaje. Miras el comportamiento de esos animales no dotados de la razón y constatas que ellos jamás lo hubieran hecho.


Y te preguntas, entre el hedor inquietante, dónde está la frontera entre lo salvaje y lo racional.

Buena semana y ayudemos a los hermanos de especie que están sufriendo tanto en Miamar.

Entrevista Diario el Mundo

Entrevista El mundo, Domingo 04-05-08

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Un estatuto a medio gas.

El viernes 25 de abril celebramos el segundo aniversario de la Reforma del Estatuto con un balance alejado de los propósitos que los grupos parlamentarios nos hicimos en las primeras reuniones de la Ponencia y de la Comisión de Estudio para la reforma.

Los socialistas valencianos creímos en el proceso de actualización estatutaria porque creemos en la Comunidad y queríamos hace dos años y queremos ahora, una Comunidad moderna próspera, socialmente adelantada impulsada por un autogobierno potente y decisivo.

En aquellos momentos, el PSPV-PSOE puso por encima de todo el interés de los valencianos y valencianas, asumimos numerosas críticas y renunciamos a cualquier ventaja particular, porque para nosotros, lo que estaba en juego era la posibilidad de ampliar el autogobierno, democratizar las instituciones y fortalecernos territorialmente como Autonomía.

En los trabajos de la Ponencia el Grupo parlamentario Socialista introdujo, entre otras cosas, la agenda social y todo un conjunto de aportaciones para mejorar la vida de los valencianos y valencianas porque nuestro proyecto para esta Autonomía va más allá de la coyuntura cotidiana del partidismo.

Dos años después podemos decir que la aplicación de nuestra principal norma como pueblo valenciano está prácticamente paralizada y su aplicación es absolutamente decepcionante tanto, por el nulo impulso que desde el Consell se hace; como, por el decepcionante desarrollo legislativo que desde las Cortes Valencianas impone el Grupo parlamentario Popular. La aplicación y desarrollo de nuestro Estatuto apenas llega al 1% de sus posibilidades, una circunstancia que no es sino producto de la apatía con que el presidente del Consell dirige su gobierno.

Cuando estas Cortes finalizaron la tramitación legislativa del Estatuto, Camps frenó un desarrollo normativo que contempla más de 20 leyes, algunas se han tramitado, las más inocuas. Sin el concurso del resto de grupos parlamentarios y con la aplicación del rodillo, tenemos, por ejemplo la reforma del Reglamento de las Cortes, el único Reglamento parlamentario de toda España aprobado sin unanimidad y sólo con los votos del grupo que sustenta al gobierno. Inaudito. O la modificación de la Ley del Consell aprobada por lectura única y cuyo único objetivo era que Camps acumulase más poder en la administración autonómica sin que la oposición pudiese enmendar con sus aportaciones la regulación de está alta institución de la Generalitat. Iniciativas de mi grupo como la Ley de Renta Básica de Ciudadanía o el Consell Valencià del Audiovisual no corrieron mejor suerte.

En esta legislatura nada ha cambiado y recientemente han despreciado nuestra ley de Creación del Fondo de Cooperación Municipal, un mandato estatuario para garantizar a los Ayuntamientos seguridad financiera, ni siquiera ha merecido la toma en consideración para iniciar el trámite de esta ley que es vital para el buen funcionamiento de los entes locales y evitar el reparto clientelar y partidista que hace el PP. Gracias al PP continuaremos siendo la única Autonomía de todo el país que no tiene este Fondo.

Ciertamente, a estas alturas tenemos un subdesarrollo estatutario que no hace sino debilitarnos en el conjunto del poder autonómico territorial, mientras, Camps prefiere envolverse con la bandera del valencianismo más retrógrado y caciquil, que hunde sus raíces en el regionalismo del siglo XIX, para instalarse en el peor discurso incendiario del victimismo partidario e irresponsable.

A estas alturas, Camps no quiere saber nada de crear la Agencia Tributaria, ni el Consejo de Justicia, ni desarrollar el Título octavo en materia de Administración Local, ni con aplicar lo previsto en materia institucional sobre nuestras relaciones con la Unión Europea, ni con las otras Comunidades Autonómicas; ni qué decir tiene de asumir más competencias como las que figuran en el Título cuarto y que nos sitúan al más alto nivel competencial, en esta materia sólo conocemos la renovación que el Consell hizo hace unas semanas de los representantes en la Comisión Mixta de Transferencias, pero desconocemos si activarán la comisión, si tienen calendario para fijar la asunción de competencias y cuales piensan asumir.

Dos años después constatamos con tristeza que aquello que para nosotros era ambición de país, para el señor Camps y para el PP era sólo una oportunidad de notoriedad y de posicionamiento táctico en un debate, el de conseguir más poder autonómico, que al PP jamás le ha interesado.

Sin embargo y a pesar de todo, dos años después los socialistas continuamos comprometidos con el Estatut, porque ser autonomistas está en nuestra vocación política y no vamos a permitir que nadie disuelva las oportunidades que para los valencianos significa la total aplicación de la norma que nos ha consagrado Nacionalidad Histórica. Los socialistas queremos hacer política con el Estatut porque estamos obligados y comprometidos con su máximo rendimiento social e institucional.

Dos años después el Estatuto al 1% de sus posibilidades

ENTREVISTA XIMO PUIG CANDIDATO A LA SECRETARÍA GENERAL DEL PSPV Y ALCALDE DE MORELLA

Publicado en diario Información, lunes, 21 de abril de 2008

"No queremos ir contra Madrid pero el PSPV no puede ser sólo una franquicia"


Ximo Puig es alcalde de Morella y se presenta, dice, a "cara descubierta y sin chaleco antibalas" a la secretaría general del PSPV. Puig no unirá la dirección del partido a la candidatura a la Generalitat. Cree que la persona que afrontará el reto de 2011 no se elige ahora y que la función de la nueva ejecutiva debe ser poner el PSPV a punto -"ahora es como el coche de Alonso: no está en condiciones de competir", dice- para afrontar la cita electoral autonómica con ciertas opciones.


P. ROSTOLL Es su candidatura a la secretaría general del PSPV la extensión de Joan Lerma?

Eso no responde a la verdad. Yo tuve la suerte de trabajar con el presidente Lerma que, entiendo, es patrimonio del PSPV y del País Valenciano. Me presento a cara descubierta y sin chaleco antibalas. Es verdad que los socialistas debemos afrontar un nuevo inicio. Pero aquí no hay una solución única sino que debemos aprender de los errores y saber leer el presente para plantear nuestras estrategias.



Otros candidatos, caso de Jorge Alarte, hablan de jubilar a toda la vieja guardia del partido.
Contaré con todos. Con los que están y con los que no han estado nunca porque uno de mis objetivos es abrir el proyecto y duplicar el número de militantes antes de 2010 con la idea de que participen en un proyecto de cambio en 2011. En este partido caben todos, no quiero exclusiones de ningún tipo.



¿Qué le lleva a usted, un alcalde con éxito electoral, a meterse en esta batalla por liderar el PSPV?
Creo que el PSPV es el único instrumento para construir una comunidad más social y más justa. No hay otro. Y debemos hacer una reflexión profunda del motivo por el cual, de forma sorpresiva, el PP gana elecciones cuando estamos creciendo por debajo del PIB o cuando el 42% de los parados de la Comunidad son de Alicante. Necesitamos un proyecto potente para mejorar la situación de la gente.



¿Llegará hasta el final o sólo busca tener cuota en la ejecutiva?
Yo asumo el compromiso desde un punto de vista humilde y sin cuotas de personalismo. Si tengo los avales suficientes llegaré hasta el final y sino pues no pasa nada. Creo en un proyecto y no en las visiones personales. El PSPV no necesita un Ronaldinho sino conseguir formar un Dream Team.



¿Tiene solución un partido que pierde elecciones de forma consecutiva desde 1993?
El PSPV no es un desastre. Conservamos el 40% del apoyo electoral y eso nos da una buena base para iniciar la recuperación. Es verdad que nos hemos despegado de lo que piensan los ciudadanos y necesitamos volver a sumergirnos en la sociedad: aprender, conocerla e implicarnos para conseguir una complicidad mayor con la gente. Quiero lanzar una propuesta en positivo y no presentarme con un grito catastrofista.



¿Al PSPV le falta mensaje, partido y personas?
No se puede hacer una descalificación tan global. Es verdad que el PSPV tiene que modernizar el mensaje, que estamos alejados de la sociedad y que, en estos momentos, no contamos con una dirección elegida en un congreso. Mi propuesta pasa por crear un nuevo equipo con base territorial, que tenga capacidad política y adaptar la estructura del partido no sólo a la Comunidad sino también a una realidad sectorial.



¿Es partidario de recuperar la estructura provincial para el PSPV?
El congreso de los socialistas valencianos debe dar una respuesta clara y, en ningún caso, improvisada a la existencia de un espacio territorial que son las provincias. Y eso debe visualizarse a la hora de conformar la nueva dirección del PSPV y con un órgano, con una composición y unas tareas perfectamente definido en los estatutos, que sea efectivo. No se trata de crear ningún contrapoder sino, en todo caso, que Alicante esté bien representada en el núcleo duro de la dirección y con una capacidad para tener decisión e influencia en las grandes cuestiones.



¿No estaríamos hablando, pues, de ejecutivas provinciales?
No hacen falta ejecutivas provinciales sino mejorar todo el partido. Las estructuras locales, las comarcales con una mayor operatividad y un órgano provincial bien delimitado con capacidad de coordinación y vinculado a la ejecutiva de país. Mi objetivo es implantar un sistema de calidad que permita al partido ir autoevaluándose y no funcionar, simplemente, por la inercia.



En el documento que marca el arranque de su campaña interna hace autocrítica sobre el mensaje en materia hídrica.
El País Valenciano debe tener el mismo tratamiento que cualquier otra autonomía. Y estoy convencido que, en una situación similar a la de Barcelona, lo tendríamos. De hecho, en estos últimos cuatro años, no hemos tenido problema alguno de abastecimiento. Creo que se ha avanzado en la solución con el plan Agua. Y, en mi opinión, lo que debe existir es una cooperación total entre las administraciones para crear un espacio de solución y evitar la confrontación.



¿El PSPV debería olvidarse de Madrid y ser más trasvasista?
En este tema, estoy en contra de los fundamentalismos. Y ahí está el funcionamiento del Tajo-Segura y nuestro compromiso con la construcción de la conducción Júcar-Vinalopó. Lo que ocurre es que el PP ha situado este tema en un plano más simbólico que real y utiliza el agua como bandera del victimismo.



¿Pero no ve el trasvase del Ebro a Barcelona como una humillación hacia los valencianos?
Creo que es la mejor solución que habrá encontrado el Gobierno para garantizar el abastecimiento a Barcelona en un momento crítico. Esta situación exigirá que, en circunstancias similares, sea la Comunidad la que reciba un trato similar. Y estoy convencido que el Gobierno lo hará.



Usted ha defendido el proyecto autónomo del PSPV y rechaza las tutelas de Ferraz en este proceso.
El PSPV no quiere ir contra Ferraz pero no puede ser tampoco una franquicia de Madrid. Tenemos que trabajar juntos y con lealtad. Estoy seguro de que Madrid ayudará a que el congreso salga lo mejor posible y será corresponsable de la decisión que nosotros tomemos. Nosotros debemos ir también al congreso federal con voluntad de aportar al futuro del PSOE.



¿Una autonomía también de proyecto y de mensaje?
Autonomía de Madrid y también de otras opciones políticas. Tenemos que conformar un proyecto cuya primera lealtad sea la gente de esta Comunidad. Y después tener complicidad con el PSOE.



¿Quiere dirigir el PSPV para ser también candidato a la Generalitat?
Yo me presento a la secretaría general del PSPV. Y punto. Este partido es como el coche de Fernando Alonso: no está en condiciones de competir. Nosotros tenemos que trabajar para conseguir que en 2010 esté en condiciones. Y será en ese momento cuando elegiremos al piloto. Se buscará la mejor solución. Sólo me importa que tengamos posibilidades de ganar las elecciones en 2011 sea con la persona que sea.



¿Qué papel tendría Leire Pajín?
Leire Pajín es un activo fundamental de este partido. Ella decidirá el papel que quiere jugar en el PSPV. La decisión, en tanto que es un valor real de nuestro proyecto, la tiene que tomar ella.



¿Si usted gana, Luna seguirá al frente del grupo parlamentario o usted asumirá la portavocía?
Ángel Luna tendrá un papel destacado en el grupo parlamentario y en otros ámbitos. Yo pienso, siempre, en términos de equipo.



¿Es partidario de que el congreso se celebre antes del verano?
Parece oportuno. Desde luego no lo podemos hacer más tarde de que arranque el curso político y, en todo caso, el congreso debería estar resuelto antes del debate de política general en las Cortes Valencianas.

MANIFIESTO BASE

Documento base Nuevo Socialismo Valenciano

CASTELLANO


VALENCIÀ

Este documento marco está totalmente abierto. En él iremos incorporando todas vuestras aportaciones, porque este proyecto es un proyecto de todos y sólo entre todos seremos capaces de acertar en el diagnóstico, marcar la estrategia y modernizar el Partido. Un Partido para ganar ganar la Generalitat en el 2010.

La doble investidura

Esta mañana el candidato a presidente ha desgranado sus proyectos para la España de los próximos cuatro años. Una propuesta modernizadora, comprometida con lo social y anclada en una acción económica potente que en la nueva situación resulta básica para continuar garantizando el progreso.

Esta tarde será el momento del líder de la oposición y del resto de los grupos que tomarán posición frente a la gobernación del país en la legislatura que surgió el 9 de marzo.

Un debate siempre de alto interés que en esta ocasión viene singularizado por confirmar si la elección es por mayoría simple y por la marea interna del PP que convierte el discurso de Rajoy como prácticamente una investidura de líder de la oposición.

Zapatero parece decidido a dotar de la máxima autonomía su mandato y abrir un diálogo multilateral sostenido sin acuerdos preestablecidos para todo el periodo. Durante muchos meses desayunamos con la radical crítica a los compañeros de viaje del gobierno. El PSOE más cerca de la mayoría absoluta quiere combinar más acuerdos con mayor capacidad de maniobra para desarrollar su programa.

Rajoy está ante la encrucijada de una renovación partidaria navegando en un campo de minas donde ayer mismo sonaron las alarmas con el amago de la presidenta de la Comunidad de Madrid de presentarse en el próximo congreso conservador. Un evento que ahora ocupa y preocupa al presidente Camps que ya habituado a no gobernar continúa entretenido en lo suyo, es decir, aquello que le afecta a él y a su partido.

Por encima de todo, sobrevuela un deseo y una obligación. Una sensata aspiración a liquidar la estrategia de la crispación para mejorar la convivencia y la urgente cohesión de la política y de los agentes socioeconómicos porque la desaceleración exige respuestas serenas, firmes e inmediatas.

Buena semana.

La luz de la justicia.

Dicen los comentaristas deportivos que el mejor árbitro es aquel que pasa desapercibido. En el fondo, todos quienes administran la justicia deberían permanecer en el ámbito de una eficacia que serena y discretamente atendiera el control cotidiano de las reglas de convivencia.

La crónica de los hechos, sin embargo, nos aleja demasiadas veces de ese guión. El caso Mari Luz, la niña asesinada por un pederasta ha vuelto a poner los focos en el funcionamiento del servicio público de la justicia. Cuando se producen situaciones dramáticas aparecen voces pidiendo el endurecimiento de las leyes y todos los actores de dentro y fuera del procedimiento miran hacia el otro lado buscando culpabilidades ajenas en un ejercicio de confusión que al final parece destinado al suburbio de lo incontestable.

El delito cometido nos produce indignación, rabia y una escala de sentimientos que no permiten objetividad alguna en un proceso donde cualquier presunto culpable cuenta con la salvaguarda de la presunción de inocencia. En este caso, parece que el problema está más en la gestión que en el marco del Código Penal.

Por la memoria de la víctima y por esa familia definitivamente herida, lo primero es llegar hasta el final en la investigación de los errores cometidos y si, finalmente, se confirma la indolencia del juez, el Consejo General del Poder Judicial debe tomar las decisiones pertinentes en función de la gravedad de la pasiva inacción.

Esa actuación disciplinaria la debe tomar una alta institución del estado que hace varios años debería haber sido renovada y que el PP ha conseguido boicotear a beneficio de inventario. El poder de los jueces –con la legitimidad cuestionada- llevó a cabo una investigación que al parecer no detectó ningún resquicio de problema por lo que la encuesta de fallos en cadena también deberá llegar a la cúpula de la justicia.

Una situación que se repite cansinamente en el Tribunal Constitucional, sometido al bloqueo por parte de los conservadores que urdieron distintas maniobras para conseguir sentencias más acordes con su dirección política que en la lectura de la Constitución.

Hoy se constituyen el Congreso de los Diputados y el Senado surgidos de la convocatoria electoral. En los primeros pasos de la legislatura, la puesta al día de la justicia es una auténtica urgencia.

No me refiero simplemente al cumplimiento constitucional en la renovación de los pilares institucionales que sostienen el estado de derecho. Esto es una obviedad que los grupos parlamentarios deben sustanciar más pronto que tarde para no dejar en evidencia al sistema. Pero además es tiempo ya de dotar al servicio público de la justicia de una calidad y eficacia que no permita fallos trágicos de los que arrepentirse.

Sentencias que no llegan nunca, procesos que se dilatan hasta el infinito, cambios incesantes de jueces y fiscales adornan un recorrido tantos días angustiosos para los justiciables.
La agenda de la legislatura viene cargada de economía pero también la administración de la justicia merece un sentido esfuerzo para fortalecer la convivencia.

Y -ya saben- la convivencia es siempre la prioridad porque como el arbitraje cuando menos se notan sus conflictos, mejor para todos.

Sin justicia, no hay convivencia.

Buena semana.

Sí, nosotros podemos


Diario Levante, 30 de marzo de 2008.


Los progresistas valencianos no nos merecemos la resignación. Ni tampoco los discursos catastrofistas que ahondan en una especie de vena autodestructiva tantas veces cultivada entre nosotros.

La amalgama conservadora que convive hoy en el PP ha conseguido contagiar a una parte muy importante de la sociedad valenciana del ideario victimista tan sólidamente asentado en las raíces de un populismo que se ha prodigado con éxito en los más diversos territorios.


No creo en las credenciales del perdedor que busca siempre culpabilidades ajenas pero es bastante difícil de discutir la potencia del magma mediático y el clientelismo que la derecha valenciana -con escasos antecedentes democráticos- ha conseguido armar.

No se trata de buscar excusas. Se trata de buscar soluciones, propuestas que sumen políticamente a esa mayoría de valencianos y valencianas que piensan en progresista.

Con la realidad en la mano -más allá del paisaje dibujado por la propaganda masiva- la acción del gobierno de Camps es ciertamente desoladora. Los datos del último año nos sitúan por encima de la media en el aumento del paro y muy por debajo del crecimiento económico mientras nuestras constantes sociales continúan bajo mínimos. Sin demagogia, léase en camas hospitalarias por habitante, plazas de residencias geriátricas, ayudas a las familias o cualquier indicador de bienestar no se compadece con la arcadia feliz que cada día desde la Generalitat ofrenda glorias de liderazgo virtual.

Sin embargo, el PP ha ganado las elecciones generales tras nueve meses de legislatura autonómica en la que todas las energías disponibles han estado volcadas en la barricada contra el gobierno de España y mirando con desdén las obligaciones propias de un consell del que hoy dependen las políticas más cercanas y más vitales de la Comunitat.

Los interrogantes son muchos y las respuestas rigurosas no tantas. Más allá de explicaciones simples para cuestiones complejas que sitúan en las zonas organizativas o partidarias el eje de la crítica, debemos sumergirnos de lleno en el cambio que se ha producido en la Comunitat y en las diversas identidades que subsisten en un territorio sociológico en el que la pasión ha vuelto a superar a la razón.

El PSPV-PSOE no es una broma. Ni el pim-pam-pum donde encontrar solaz quienes hostigan este proyecto porque tienen otro o, simplemente, denostan la realidad y tienden a deconstruirla. El partido socialista es un gran partido formado por militantes, simpatizantes y votantes que se han movilizado y han trabajado con intensidad y coraje por conseguir los mejores resultados. Hubiéramos querido aportar más, pero nuestros 14 diputados, nuestros 1.113.973 votos también han sido decisivos para la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero.

Por supuesto, no todo se ha hecho bien y, obviamente, hay que leer con inteligencia -sin prejuicios- las entrañas de esta nueva sociedad para generar nuevas soluciones que garanticen una innovadora edición de los sólidos argumentos de una socialdemocracia comprometida con su país.

No se trata, a mi parecer, de producir episodios de davidismo para empezar cada día de cero, ni lamerse las heridas en una constante dialéctica interna que nos aleje más de las preocupaciones y ambiciones diarias de los ciudadanos.

La modernización del proyecto valenciano de progreso que ofrezca seguridad, bienestar y convivencia, la actualización de una organización potente que ofrece el cauce de participación a la gente de progreso y que sume más y más adhesiones desde la pluralidad, la innovación constante en la implementación de políticas públicas y el inequívoco compromiso valencianista son algunas señales que, en mi opinión, han de orientar el futuro más próximo.

Convoquemos un debate para la esperanza. Es posible edificar argumento sobre argumento una propuesta de Comunitat moderna, innovadora, socialmente avanzada que incorpore a los valores progresistas absolutamente vigentes, la creatividad, la capacidad emprendedora, la iniciativa individual del quehacer cotidiano de los valencianos y de las valencianas. Un debate amplio que supere las fronteras partidarias y siempre desde la autonomía, desde la fortaleza de la capacidad crítica al servicio del interés general.

No sobra ninguna ayuda pero la autonomía del proyecto, la capacidad de decisión de los socialistas valencianos no es un apéndice instrumental. Forma parte del disco duro de la propuesta.

Los valencianos merecemos una Comunitat mejor. Y podemos.

Martes de Pascua.

Entre la resaca de unos días de vacaciones que aún van a prolongar los estudiantes y algunos afortunados, la buena noticia de la desaceleración de los accidentes mortales de tráfico -siempre serán demasiados- nos alumbra este martes con pinta de lunes.
Este día extraño por la trayectoria vacacional de las Cortes Valencianas, ha sido elegido para celebrar un pleno que llevará a la cámara alta al exalcalde de Borriana, Alfonso Ferrada en sustitución de Andrea Fabra.
Todos los datos apuntan en la dirección que ha sido la agenda judicial que compromete a Ferrada la que precipitado esta reunión extraordinaria que el PP ha impuesto para hoy.

La circunstancia sólo vuelve a reafirmar la utilización partidaria del señor Camps del parlamento valenciano que interrumpió supuestamente sus sesiones por las Fallas pero que no tuvo inconveniente en reunir a su grupo para orientarles en la nueva cruzada de los conservadores valencianos contra el gobierno aún no constituido de Zapatero. La lectura que hace el PP de los resultados electorales parece que va a dotar de mayor arrogancia la instrumentalización de las instituciones a favor de su partido.

El caso de hoy es, sin duda, más grave. El PP, lejos de cómo mínimo poner en cuarentena a sus imputados, les defiende, les ensalza hacia las alturas y además les dota de escudo protector.

Durante estos días de análisis postelectorales algunos han subrayado el nulo coste que tiene para el PP el rosario de escándalos de corrupción que le jalonan a lo largo de la Comunitat y muy especialmente en esta provincia.

Frente a esta evidencia son muchas las preguntas y pocas las respuestas. Sin embargo me resisto a pensar que los ciudadanos son inermes a la corrupción.
Por razones éticas y absolutamente democráticas, la superación de los episodios de corrupción no pueden ser soslayados como males habituales porque de lo contrario la metástasis afectaría a los órganos vitales del sistema.

El comportamiento de los políticos que abusan de su posición de poder en beneficio personal debe obtener su castigo político más allá de las responsabilidades judiciales que en su caso se verifiquen por los tribunales. Para ello, la justicia debe cambiar el ritmo y poner los medios necesarios para que la ciudadanía no interprete la lentitud extrema en algunos procedimientos como un nuevo trato de favor a los poderosos.

Y en el campo de la política ningún partido decente puede apoyar a sus corruptos y la oposición jamás puede abdicar de su obligación constitucional de fiscalizar y perseguir con la fuerza de los argumentos la violación de la confianza del pueblo soberano para la legítima representación.

Cualquier mirada hacia el otro lado compromete a toda la sociedad y el sufragio cuatrienal nunca absuelve ni la prevaricación, ni el tráfico de influencias, ni el abuso contra la administración pública, ni los delitos contra la salud de la ciudadanía.

Frente a la oscuridad, más transparencia. Frente a la pasividad, mayor energía en defensa del bien común. Frente a la tibieza, más rigor que nunca para atajar el peor cáncer de la democracia.

Cuando uno se cree demasiado fuerte en el poder, el riesgo del despotismo crece proporcionalmente.

Camps hoy lo evidencia.

Buena semana.

Plegaria para la nueva legislatura

Han pasado unas 38 horas desde que cerradas las urnas tras un día de apasionante participación, los ciudadanos decidieran otorgar de nuevo la confianza al partido socialista para un nuevo periodo de cuatro años.

Desgranar los múltiples argumentos de análisis en unos minutos es ciencia imposible por lo que sólo una aproximación será suficiente y probablemente excesiva para ustedes amables oyentes que han sufrido la cadencia de una de las campañas más largas de la democracia.

La mejor noticia, sin duda, la participación masiva que aleja los fantasmas de la crisis de representación que de vez en cuando, los agoreros sacan a pasear. La primera legitimación surge del pueblo, la segunda –si se me permite- del ejercicio honrado, transparente, ético del poder.

Sin embargo, 43 horas antes de iniciar la fiesta de la democracia, el terrorismo volvió a enlutar la fiesta. Un trabajador, un vasco, un joven padre era abatido por un pistolero al que alguien le inoculó el odio en sus enfermizas neuronas. Isaías ya no está en Mondragón esta mañana por sus ideas socialistas, porque el guión de los bárbaros sometido a la lógica de su indecente agenda, le situó en la diana más fácil.

ETA en su agonía decadente tiende a superarse en su escalada deshumanizada. El rosario de sinrazones sólo produce muerte y también rabia, mucha rabia que la hija huérfana ponía al servicio de la convivencia y la exaltación de los valores.

Ninguna novedad tampoco en el tancredismo cómplice de la alcaldesa de ANV que volvió a insultar la inteligencia y las entrañas de cualquier bien nacido. ¿Cómo un edil en esencia representante de toda la ciudadanía, puede vomitar semejante villanía frente a un sentido del honor democrático al que le debe obediencia?

¿Cómo podemos concebir una alcaldesa justificadora de la delincuencia?

¿Cómo resistir la ignominia cobarde de quien se cree en nombre de no se sabe quien dueño de la vida de los demás?

La respuesta de la sociedad fue la que pidió Sandra, la hija que el viernes devino huérfana por la peor de las injusticias.

Hay una segunda buena noticia: ha acabado la legislatura de la crispación. La ciudadanía ha abierto una nueva etapa y para ese viaje habría que llenar las alforjas de diálogo y capacidad de acuerdo para fortalecer la calidad de la democracia.

Finiquitar la catástrofe moral que genera la violencia terrorista, anclar la convivencia desde unas instituciones vivas y potentes, priorizar la educación y la sociedad del conocimiento, consolidar el nuevo estado del bienestar, conseguir el pleno empleo, son ambiciones que valen la pena para un país que merece el optimismo.

El presidente Zapatero tiene la confianza y la convicción suficiente para afrontar el nuevo tiempo. Hoy sabremos si Rajoy se va o se queda. Sea como sea lo fundamental es que cambie el modelo de oposición.

Hoy en el cuarto aniversario del 11-M, la unión, el silencio y el respeto, ha de ser la mejor manera de empezar una nueva legislatura.

Por lo demás, tras las elecciones, hay vida.

Buena semana y buena suerte.

La hora de la verdad

BLOG DE CAMPAÑA

Tras el segundo debate, entramos en la recta final para el desenlace de las elecciones generales. El viernes dejarán de sonar los cláxones de la campaña electoral y será la hora de los ciudadanos. Cada uno de nosotros en libertad decidirá cuál es el camino que nos conviene como sociedad.

Y en esa hora todos contamos. Y contamos lo mismo. A algunos a veces parece molestarles que el voto de un pastor o un empresario de éxito tenga el mismo peso. Ésa es la mejor virtud de la democracia.

Estos días se ha hecho pública la estrategia del PP dirigida a conseguir una baja participación que pudiera garantizarle la victoria. En un artículo firmado por la periodista Leslie Crawford, el Financial Times transparentaba la manifestación del jefe de comunicación de la opción conservadora en el sentido que “el partido popular necesita un gran índice de abstención para ganar” Y para ello según el dirigente popular “es necesario sembrar las dudas en temas como la situación económica, la inmigración y los nacionalismos”.

La confesión merece al menos dos apreciaciones. En primer lugar, la intolerable pretensión de debilitar la democracia con una participación baja. Un ciudadano –en este país donde el voto no es obligatorio- tiene derecho por supuesto a no votar pero que un partido intente ganar con el desánimo de los electores es una mezquindad que genera espacios de duda de largo recorrido. Los debates sobre la legitimación producen sarpullidos en un sistema que cada día debe ser rearmado con argumentos y mayor participación activa.

Y, en segundo lugar, la irresponsabilidad de excitar las bajas pasiones en las raíces del populismo. El argumentario es viejo, las consignas, también. Pueden encontrarlas en cualquier campaña electoral de cualquier país europeo y siempre se exacerban en un caldo de cultivo de dificultades económicas con servicios públicos deficientes.

Contra el extranjero se vive mejor. Identificado el enemigo a batir todo es más fácil. Sobre el diferente pueden recaer todo tipo de sospechas y sentencias de exclusión. Cuando Rajoy clama que aquí no cabemos todos, abre la puerta indiscriminadamente. La demagogia populista establece una mezcolanza de medias verdades y grandes mentiras. De entre estas últimas aquello de papeles para todos cuando han crecido los retornos obligados a los países de origen.

Lo cierto es que los trabajadores inmigrantes han sido fundamentales en el éxito económico español de los últimos años. La legalización de los extranjeros que estaban trabajando ilegalmente ha significado acabar con una parte importante de competencia desleal para los empresarios que cumplían sus obligaciones y también para los trabajadores que veían como se amenazaban sus derechos sociales y salariales.

La elección es, bien la mejora de los elementos de integración o, bien, la exclusión. En cualquier caso, lo que no tiene nombre es la generación de un caldo de cultivo propio de los peores fenómenos de xenofobia.

Zapatero o Rajoy. No es lo mismo. El voto de cada persona es decisivo. Hace cuatro años el PP ganó en la provincia de Castellón por poco más de dos mil votos. La realidad es que hubieron muchos más votos progresistas que conservadores pero la distribución de escaños benefició al PP. Ahora las personas que piensan en progresista o que creen que el proyecto reformista y modernizador de Zapatero merece una nueva etapa, ciudadanos que en otras ocasiones no han votado socialista tienen que valorar su decisión.

En estas elecciones generales la única suma que sirve es tener un voto más, ser la candidatura más votada. Ese es el reto hacer posible que la mayoría progresista que existe en la provincia de Castellón sea también una realidad política el día 9 de marzo.

No, no es lo mismo mirar hacia delante con un presidente progresista que ha cumplido sus compromisos que un regreso al pasado que limite los derechos alcanzados.

Y no es lo mismo votar que no votar. Cada persona, cada voto, cada elección decide.

En la hora de la verdad sólo tú decides.

Buena semana, buena elección y buena suerte.

Terrorismo machista

BLOG DE CAMPAÑA


El zarpazo machista de la ira asesina cubrió de negritud un martes nacido para vivir. Cuatro mujeres en el corto espacio de unas horas en distintas ciudades, en diferentes situaciones, pero víctimas de la misma fatídica realidad.

¿Qué puede pasar por la cabeza de semejantes dementes capaces de sentirse dueños de otra persona?

Este terrorismo doméstico hoy es el peor de los fenómenos violentos que persisten en nuestro país. Un terror de acción individualizada y asociado a su propia kale borroka de insultos y amenazas.

La ley integral contra la violencia de género no es la solución por sí misma pero sí que ha conseguido visibilizar una realidad que ha existido con la cobertura del silencio cuando no de la complicidad social. En estos años ha aumentado la red de protección, las medidas judiciales y policiales pero no es suficiente.

El compromiso de las administraciones debe aumentar y también el de cada uno de nosotros. Hay muchas cosas que se juegan en la conciencia de cada uno y en la referencia del sentido del respeto entre los seres humanos.

Paisaje para después de la primera batalla

Esta mañana, aquí madalenera, ha amanecido España con la resaca del primer debate televisivo entre Zapatero y Rajoy. El primer debate electoral en televisión desde hace 15 años atrajo la atención de millones de ciudadanos que disfrutaron anoche de un derecho al que la derecha española les privó durante más de una década.

Aznar no quiso debate en televisión el año 1996 porque daba por ganadas las elecciones y no quería riesgos. La misma receta la aplicó en el año 2000 cuando alcanzó la mayoría absoluta con una participación más baja de la media. Y en 2004 Rajoy sólo estaba preparado para que los españoles ratificaran el dedazo de Aznar y, en ningún caso, quería asumir ningún riesgo.

Esa senda ha sido seguida fielmente por todos los populares en todos los ámbitos territoriales. Ni en las municipales, ni en las autonómicas ha habido debates televisados en un formato razonable. Aquí Camps sólo permitió el espectáculo de monólogos continuados en Canal nou, un espacio que es a un debate tan lejano como un pez a la montaña.

Poco importaba el derecho de los ciudadanos ni la calidad de la democracia. Pero a partir de hoy me gustaría pensar que será ya muy difícil de explicar para la peculiar derecha española la vuelta atrás, el juego coyuntural de los intereses que nos devuelva a la ausencia de debates. Aunque visto lo visto aquí en esta Comunitat todo es posible.

Zapatero ha aportado modernidad, apertura democrática y reivindicación de la política. Ha desgubernamentalizado la televisión pública, ha propiciado la centralidad del parlamento y ha reforzado las reglas de juego en un sistema de garantías. No, no es lo mismo. Ni, desgraciadamente, lo habitual. Miren la televisión valenciana o la utilización de las Cortes Valencianas como un simple plató de la campaña electoral del PP.

Por eso ayer según todas las encuestas, ganó. Por su moderación, por su discurso de inclusión, por la cuenta de resultados de una política económica y social que ha superado en muchas ocasiones las previsiones contempladas en el programa electoral.

La radicalidad de Rajoy reafirma a sus electores pero se aleja a pasos agigantados del centro que si es algo es serrenidad, se va de un futuro donde todos -pensemos como pensemos- disfrutemos de vivir juntos.

CAMPS NO RESPECTA NI LA MAGDALENA

BLOG DE CAMPANYA


Ahir a les vuit del matí davant l’Ajuntament de Castelló, l’alcalde demanava una treva festiva en un dia molt especial per als castellonencs. La romeria a la Magdalena és una fita festiva però també cívica de reivindicació dels espais comuns on la conviència és la clau que obre totes les portes. Aixina ho va entendre el candidat socialista, Jordi Sevilla, que va fer una crida a la participación festiva i a la concòrdia en l’horitzó d’uns dies on es posa de manifest que malgrat les diferències, sòn moltes les coses que ens uneixen.

I en això apareguè el president de la Generalitat. Precisament aquell que haurie de donar més exemple en el comportament seré i aglutinador de la societat, aprofità la presencia –un ratet- a l’inici de la romeria per llançar dures – i falses – acusacions contra el president Zapatero. En un segon va desautoritzar a l’alcalde de Castelló i com el jugador trampós que és, guianyà l’aventatge del desarme unilateral de tots els que respectaren l’espèrit de la festa.

Per al nostre país, és una veritable llástima que el president mai no hage assumit l’obligació democràtica de ser president de tots els valencians. Es conforma sent el cap del PP i posant la Generalitat al servei de Rajoy, agenollanat la máxima institució dels valencians com si fora patrimoni d’un partit o-inclòs- d’un sector d’eixe partit.

Quan vam arribar al capdamunt de l’ermtori, Camps ja feia temps que estave a València. Des de dalt, la Plana és impresionant malgrat la grisor d’ahir. I l’alegria no la pot deslluir ni la pluja ni el pessimisme d’un president que no ho vol ser massa.

El caso Lamela

La decisión judicial que zanja las dudas alentadas cuando no acusaciones gravísimas sobre el equipo facultativo de cuidados paliativos del hospital de Leganés, ha propiciado la visibilidad de un espacio de atención médica para limitar el dolor y para hacer posible una muerte digna.

La primera reflexión tras la lectura de la sentencia es, sin duda, la mirada hacia los enfermos. ¿Cuántas personas habrán sufrido ante la inseguridad propiciada por las acusaciones falsas de la consejería de Sanidad de Madrid?

Cuando el camino hacia la muerte se vuelve penoso, irreversible y progresivamente degradante, el ser humano tiene derecho a no padecer más de lo estrictamente inevitable. Es así de sencillo y así de terrible no hacerlo posible por razones de contenido muy fundamentalista y muy poco humano.

La segunda reflexión tiene alcance político. ¿Cómo el consejero incitador de las insidias puede esquiar tranquilo ajeno al sufrimiento infligido? ¿Qué especial piel tiene el actual consejero Güemes cuando se burla de médicos y enfermos afirmando que el comportamiento de su departamento ha sido ejemplar?. La presidenta Aguirre anunció en su momento que si los tribunales no avalaban la tesis de su gobierno depondría en sus puestos a los médicos pero al día de hoy lo único que se constata que la cacería emprendida contra un equipo comprometido con la sanidad pública vuelve a ser gratis en la asunción de responsabilidades políticas.

Y la tercera reflexión mira hacia el futuro. Los responsables de los diferentes ámbitos de decisión en la sanidad deben dar garantías a los profesionales, apoyo y medios para potenciar las unidades contra el dolor que aún hoy entre nosotros están infradotadas.

Permitir el sufrimiento de los enfermos por extraños planteamientos pseudoreligiosos entra en una cosmovisión que me estremece. Ningún Dios -bondadoso por naturaleza- podría participar de una orgía de dolor físico cuando la inmensidad del desgarro es, ni más ni menos, el hálito del final, la ruptura definitiva con los sentimientos, con el paisaje de los afectos que te han definido como ser.

Un mundo mejor es posible pero no sólo para los días de marketing electoral ni en la ansiada frontera del país de nunca jamás. La sociedad del bienestar se asienta en las pequeñas cosas que afectan a las personas siempre en tránsito hasta el infinito.

Y la política al servicio de las personas no puede ser un manoseado eslogan sino el compromiso cotidiano con los pequeños pasos del progreso en la plasmación de los principios ilustrados de libertad, igualdad y fraternidad y solidaridad.

La economia, estupido

La crisis inmobiliario-financiera estadounidense ha generado una tempestad de incertidumbre en todos los mercados y la economía globalizada se ha resentido. Ya se sabe que cuando una potencia como Estados Unidos estornuda, el constipado se internacionaliza.

Y de esta manera, la economía que había pasado desapercibida en el debate político de toda la legislatura, ha pasado ahora a monopolizar la agenda. Una ínfima parte de las acciones de fiscalización de la oposición conservadora tuvieron alguna cosa que ver con los asuntos económicos. El terrorismo, las supuestas rupturas de España o de la familia y otras catástrofes han sido los temas elegidos para derrotar al gobierno.

Ahora, a pesar de que los números del crecimiento económico nos sitúan muy por encima de la media europea, que durante esta legislatura se han creado tres millones de puestos de trabajo, que se ha rebajado en más de tres puntos el paro, que hay más población activa que nunca, que España se ha convertido en la octava potencia mundial y que la renta per cápita española ha superado a Italia, la sombra alargada de la crisis -interesada en términos políticos o real también en diversos ámbitos- emerge como la cuestión.

Otra vez se pone de moda el aserto sobre el que pivotó la campaña del primer Clinton: la economía, estúpido, la economía. El hecho diferencial principal –es mucha la distancia- es la propia realidad de una economía potente, solidificada en los últimos cuatro años, nada comparable a la herencia del primer Bush que situó al país en unos parámetros de deuda pública enorme al tiempo que caía la productividad y el empleo.

El gobierno de España se encuentra en una buena situación para actuar en este momento porque a diferencia por ejemplo del consell de la Generalitat, ha preparado las cuentas públicas para coyunturas de menor crecimiento y no ha descontrolado la deuda como el gobierno autonómico. Es posible aplicar políticas de impulso porque en tiempo de bonanza se ha logrado ahorrar y alcanzar el superávit presupuestario.

Es posible y necesario un debate sereno de cómo afrontar la nueva situación pero el catastrofismo que ha acompañado al PP en todo este recorrido no genera remedio sino enfermedad.

Las otras elecciones

La cruzada iniciada hace unas semanas por una parte significativa de la jerarquía católica española, ha generado mucho ruido en la antesala de las elecciones generales y también en la fase previa de la designación de la nueva dirección de la conferencia episcopal.

La diatriba de los obispos contra el gobierno no se compadece demasiado con la realidad de los hechos de una legislatura en la que los desencuentros han venido más inducidos por la ideología preexistente que por la evidencia de los acuerdos y de un discreto reforzamiento de la separación entre Iglesia y Estado.

España aún tiene etapas pendientes en la extensión del estado del bienestar y, por tanto, en las políticas de ayuda a la familia pero ha sido este gobierno quien más ha hecho en esta dirección en más de una década. La ley de la dependencia abre la nueva dimensión de un pilar social para producir desde el derecho una red de protección que salvará a numerosos entornos familiares de la angustia de la soledad ante la desgracia y facilitará la convivencia.

Pero hay más: se ha puesto en marcha el cheque-bebé, se han duplicado las becas, se ha legislado para hacer posible la conciliación familiar… Por tanto ¿por qué tanta radicalidad en el discurso de la jerarquía en defensa de una institución - según su acelerado verbo- absolutamente amenazada?

La presencia de los sectores más ultramontanos en las manifestaciones suma la acción política de los obispos que se han puesto la camiseta para conseguir el regreso al gobierno de la derecha con la propia dinámica electoral interna y así conseguir la presidencia de la conferencia episcopal apartando el talante del obispo Blázquez que ha sufrido el acoso de los obispos más reaccionarios desde el mismo día que perdieron con cierta sorpresa la batalla por el poder de los purpurados.

En fin, la lucha por el poder en el seno de la Iglesia en una versión casi tan descarnada como el reciente episodio Gallardón en la acera más estrictamente partidaria.

Sin embargo, la pluralidad de una sociedad tan compleja como la nuestra no obedece a la simplicidad del mensaje de la jerarquía. La Iglesia es mucho más, afortunadamente.

Lo hemos visto recientemente con la elección de Adolfo Nicolás como nuevo superior de los jesuitas. En su primera homilía señaló que la tarea de los jesuitas es anunciar la salvación a las naciones, pero no entendidas como territorios geográficos, sino como grupos humanos. “Los pobres, los marginados, los excluidos y los disminuidos, éstas son las naciones”.

Se ponía al lado así de millares de personas que han dedicado toda su vida a la cooperación con el tercer mundo en situaciones de extrema austeridad y que a cualquier persona más allá de sus convicciones religiosas, produce respeto, mucho respeto, y en mi caso, sincero reconocimiento.

Alguien me comentó un día con cierta sorna que la peor defensa de la Iglesia la configuran algunos representantes de esa jerarquía tan alejada y, al tiempo, tan cercana al mundanal ruido.

Al final el gran activo de este gobierno es la libertad. La posibilidad de expresarse como lo hacen los obispos aunque su objetivo sea cercenar la libertad de los demás, es un ejemplo bien claro de lo que es una sociedad democrática avanzada en donde el respeto es un viaje de ida y vuelta.

Ahora cuando el recién nombrado cardenal arzobispo de Valencia alza su voz por los supuestos peligros que acechan a la constitución, no puedo evitar oír el silencio atronador del citado prelado en aquellos días ennegrecidos ejerciendo de asesor del Ministerio de Educación de Franco cuando la libertad era sinónimo del malvado libertinaje. Al señor García Gascó hoy acérrimo enemigo de la asignatura de educación para la ciudadanía jamás le preocupó la difusión obligatoria de la formación del espírtu nacional.

Reconfortan las palabras del superior de los jesuitas cuando algunos sueñan con las misas de espalda a los fieles y la recuperación del latín porque quizás cuando menos se entiende más esotérico es el discurso.

La dialéctica ahora no es Iglesia-Estado, más bien el conflicto de siempre entre conservadores y progresistas en un escenario donde el dogmatismo cada día huele más a un viejo vicio del maniqueísmo que sólo amaga la sordidez de la lucha por el poder.