Golpe al modelo social europeo
Publicado el jueves, 19 de junio de 2008 por Ximo Puig Ferrer
Europa ha sido para nosotros una meta, un horizonte, una ambición para conquistar. Cuando hace 21 años España ingresó en la Comunidad Económica Europea se cumplía un sueño que nos ha traído, sin duda, crecimiento y bienestar.
El modelo social europeo surgido tras la segunda guerra mundial ha sido la plasmación de la aspiración socialdemócrata de combinar crecimiento económico, derechos de ciudadanía y justicia social. Durante todo el siglo XX, el movimiento obrero y la acción política progresista fue consiguiendo retos que alejaban la imagen más dura de aquel capitalismo salvaje que imponía la explotación del hombre por el hombre.
El derecho al trabajo forma parte de la dignidad de la persona y las condiciones laborales han ido mejorando al tiempo que los sindicatos en el espacio social y los partidos socialistas en el ámbito político lograban nuevas fronteras en sus reivindicaciones.
Uno de los hitos en esa lucha fue la consecución de una jornada laboral de 40 horas que superaba los días interminables en la vida de los trabajadores sometidos al imperio de la desregulación. Un éxito solidificado en toda Europa que ha propiciado una vida mejor para millones de personas y también prolongados ciclos de crecimiento.
Por todo eso, el giro neoliberal propiciado por la derecha europea que propone el aumento hasta las 60 horas semanales más allá de una aplicación generalizada que se antoja irrealizable, sí que siembra nubes negras en un paisaje que ninguna crisis puede sustentar.
El necesario aumento de la productividad de la economía de nuestros países no podrá competir con sueldos más bajos y horarios más largos. Competir con los países en desarrollo no podrá dirimirse en el escenario de reducción de derechos sociales y las condiciones de trabajo de los países emergentes. Europa debe exportar derechos no importar el recorte de los mismos.
La competitividad europea debe basarse en la sociedad del conocimiento, en la capacidad intelectual y la aplicación de las políticas de diseño y puesta en valor de los sectores económicos. Volver al pasado puede ser el sueño de algunos nostálgicos del capitalismo salvaje pero no ilumina desde luego un mundo mejor.