La cumbre de Bali

El acuerdo de Bali sobre el cambio climático sin responder a las exigencias del momento histórico, sí que abre la cripta de la cerrazón en la que el gobierno de Estados Unidos había sustentado su oposición a cualquier freno a las emisiones masivas de CO2.

La verdad incómoda como dice Al Gore cada día se asienta más en las conciencias de los ciudadanos del mundo que desde la incredulidad, la burla o el escepticismo han pasado a incorporar a su imaginario la realidad autobiográfica de la evolución del clima.

El mundo se hizo pequeño. Aldea global, globalización, mundialización póngale el usuario el nombre que mejor le acomode pero irremediablemente las opciones que se toman en las más alejadas centrales de decisión, acaban repercutiendo en nuestra más singular cotidianedad.

Pasa con el petróleo, con guerras que se nos asemejan alejadas, con el hambre que aún inunda grandes zonas, con la deforestación, con el fundamentalismo, con tantas heridas que abren en canal la dignidad del ser humano.

Las repercusiones económicas, medioambientales y éticas de lo que acontece en el mundo, nos concierne. Hubo un tiempo donde existía finis terrae, donde el mar era la frontera final, donde los límites de la razón creaban monstros como la Inquisición pero tras el descubrimiento científico de la redondez de la tierra empezaron siglos de descubrimientos mutuos que nos han llevado a este mundo global en transición hacia un nuevo estadio de mundialización.

En menos de un siglo los humanos de esta época hemos lanzado a la atmósfera más humos contaminantes de los que jamás nadie en el pasado imaginara, hemos destruido más bosques que nunca ni cuando los intensivos procesos de transformación agraria, hemos –en definitiva- puesto contra las cuerdas a la naturaleza.

Asfixiada la naturaleza por las agresiones recibidas por tierra, mar y aire, las respuestas medioambientales condicionarán nuestro futuro.

Con todo, en términos morales si se quiere, es deleznable para unas cuantas generaciones dilapidar toda la herencia de recursos naturales y trasladar para los nuevos habitantes del planeta la fatalidad de un inventario de patologías medioambientales.

La responsabilidad social exigible a las empresas lo es con mayor contundencia a los países. El lamento del representante de Guinea Papua hacia la gran potencia pidiéndole que liderara o que por favor dejara a los demás avanzar.