ENTREVISTA XIMO PUIG CANDIDATO A LA SECRETARÍA GENERAL DEL PSPV Y ALCALDE DE MORELLA

Publicado en diario Información, lunes, 21 de abril de 2008

"No queremos ir contra Madrid pero el PSPV no puede ser sólo una franquicia"


Ximo Puig es alcalde de Morella y se presenta, dice, a "cara descubierta y sin chaleco antibalas" a la secretaría general del PSPV. Puig no unirá la dirección del partido a la candidatura a la Generalitat. Cree que la persona que afrontará el reto de 2011 no se elige ahora y que la función de la nueva ejecutiva debe ser poner el PSPV a punto -"ahora es como el coche de Alonso: no está en condiciones de competir", dice- para afrontar la cita electoral autonómica con ciertas opciones.


P. ROSTOLL Es su candidatura a la secretaría general del PSPV la extensión de Joan Lerma?

Eso no responde a la verdad. Yo tuve la suerte de trabajar con el presidente Lerma que, entiendo, es patrimonio del PSPV y del País Valenciano. Me presento a cara descubierta y sin chaleco antibalas. Es verdad que los socialistas debemos afrontar un nuevo inicio. Pero aquí no hay una solución única sino que debemos aprender de los errores y saber leer el presente para plantear nuestras estrategias.



Otros candidatos, caso de Jorge Alarte, hablan de jubilar a toda la vieja guardia del partido.
Contaré con todos. Con los que están y con los que no han estado nunca porque uno de mis objetivos es abrir el proyecto y duplicar el número de militantes antes de 2010 con la idea de que participen en un proyecto de cambio en 2011. En este partido caben todos, no quiero exclusiones de ningún tipo.



¿Qué le lleva a usted, un alcalde con éxito electoral, a meterse en esta batalla por liderar el PSPV?
Creo que el PSPV es el único instrumento para construir una comunidad más social y más justa. No hay otro. Y debemos hacer una reflexión profunda del motivo por el cual, de forma sorpresiva, el PP gana elecciones cuando estamos creciendo por debajo del PIB o cuando el 42% de los parados de la Comunidad son de Alicante. Necesitamos un proyecto potente para mejorar la situación de la gente.



¿Llegará hasta el final o sólo busca tener cuota en la ejecutiva?
Yo asumo el compromiso desde un punto de vista humilde y sin cuotas de personalismo. Si tengo los avales suficientes llegaré hasta el final y sino pues no pasa nada. Creo en un proyecto y no en las visiones personales. El PSPV no necesita un Ronaldinho sino conseguir formar un Dream Team.



¿Tiene solución un partido que pierde elecciones de forma consecutiva desde 1993?
El PSPV no es un desastre. Conservamos el 40% del apoyo electoral y eso nos da una buena base para iniciar la recuperación. Es verdad que nos hemos despegado de lo que piensan los ciudadanos y necesitamos volver a sumergirnos en la sociedad: aprender, conocerla e implicarnos para conseguir una complicidad mayor con la gente. Quiero lanzar una propuesta en positivo y no presentarme con un grito catastrofista.



¿Al PSPV le falta mensaje, partido y personas?
No se puede hacer una descalificación tan global. Es verdad que el PSPV tiene que modernizar el mensaje, que estamos alejados de la sociedad y que, en estos momentos, no contamos con una dirección elegida en un congreso. Mi propuesta pasa por crear un nuevo equipo con base territorial, que tenga capacidad política y adaptar la estructura del partido no sólo a la Comunidad sino también a una realidad sectorial.



¿Es partidario de recuperar la estructura provincial para el PSPV?
El congreso de los socialistas valencianos debe dar una respuesta clara y, en ningún caso, improvisada a la existencia de un espacio territorial que son las provincias. Y eso debe visualizarse a la hora de conformar la nueva dirección del PSPV y con un órgano, con una composición y unas tareas perfectamente definido en los estatutos, que sea efectivo. No se trata de crear ningún contrapoder sino, en todo caso, que Alicante esté bien representada en el núcleo duro de la dirección y con una capacidad para tener decisión e influencia en las grandes cuestiones.



¿No estaríamos hablando, pues, de ejecutivas provinciales?
No hacen falta ejecutivas provinciales sino mejorar todo el partido. Las estructuras locales, las comarcales con una mayor operatividad y un órgano provincial bien delimitado con capacidad de coordinación y vinculado a la ejecutiva de país. Mi objetivo es implantar un sistema de calidad que permita al partido ir autoevaluándose y no funcionar, simplemente, por la inercia.



En el documento que marca el arranque de su campaña interna hace autocrítica sobre el mensaje en materia hídrica.
El País Valenciano debe tener el mismo tratamiento que cualquier otra autonomía. Y estoy convencido que, en una situación similar a la de Barcelona, lo tendríamos. De hecho, en estos últimos cuatro años, no hemos tenido problema alguno de abastecimiento. Creo que se ha avanzado en la solución con el plan Agua. Y, en mi opinión, lo que debe existir es una cooperación total entre las administraciones para crear un espacio de solución y evitar la confrontación.



¿El PSPV debería olvidarse de Madrid y ser más trasvasista?
En este tema, estoy en contra de los fundamentalismos. Y ahí está el funcionamiento del Tajo-Segura y nuestro compromiso con la construcción de la conducción Júcar-Vinalopó. Lo que ocurre es que el PP ha situado este tema en un plano más simbólico que real y utiliza el agua como bandera del victimismo.



¿Pero no ve el trasvase del Ebro a Barcelona como una humillación hacia los valencianos?
Creo que es la mejor solución que habrá encontrado el Gobierno para garantizar el abastecimiento a Barcelona en un momento crítico. Esta situación exigirá que, en circunstancias similares, sea la Comunidad la que reciba un trato similar. Y estoy convencido que el Gobierno lo hará.



Usted ha defendido el proyecto autónomo del PSPV y rechaza las tutelas de Ferraz en este proceso.
El PSPV no quiere ir contra Ferraz pero no puede ser tampoco una franquicia de Madrid. Tenemos que trabajar juntos y con lealtad. Estoy seguro de que Madrid ayudará a que el congreso salga lo mejor posible y será corresponsable de la decisión que nosotros tomemos. Nosotros debemos ir también al congreso federal con voluntad de aportar al futuro del PSOE.



¿Una autonomía también de proyecto y de mensaje?
Autonomía de Madrid y también de otras opciones políticas. Tenemos que conformar un proyecto cuya primera lealtad sea la gente de esta Comunidad. Y después tener complicidad con el PSOE.



¿Quiere dirigir el PSPV para ser también candidato a la Generalitat?
Yo me presento a la secretaría general del PSPV. Y punto. Este partido es como el coche de Fernando Alonso: no está en condiciones de competir. Nosotros tenemos que trabajar para conseguir que en 2010 esté en condiciones. Y será en ese momento cuando elegiremos al piloto. Se buscará la mejor solución. Sólo me importa que tengamos posibilidades de ganar las elecciones en 2011 sea con la persona que sea.



¿Qué papel tendría Leire Pajín?
Leire Pajín es un activo fundamental de este partido. Ella decidirá el papel que quiere jugar en el PSPV. La decisión, en tanto que es un valor real de nuestro proyecto, la tiene que tomar ella.



¿Si usted gana, Luna seguirá al frente del grupo parlamentario o usted asumirá la portavocía?
Ángel Luna tendrá un papel destacado en el grupo parlamentario y en otros ámbitos. Yo pienso, siempre, en términos de equipo.



¿Es partidario de que el congreso se celebre antes del verano?
Parece oportuno. Desde luego no lo podemos hacer más tarde de que arranque el curso político y, en todo caso, el congreso debería estar resuelto antes del debate de política general en las Cortes Valencianas.

MANIFIESTO BASE

Documento base Nuevo Socialismo Valenciano

CASTELLANO


VALENCIÀ

Este documento marco está totalmente abierto. En él iremos incorporando todas vuestras aportaciones, porque este proyecto es un proyecto de todos y sólo entre todos seremos capaces de acertar en el diagnóstico, marcar la estrategia y modernizar el Partido. Un Partido para ganar ganar la Generalitat en el 2010.

La doble investidura

Esta mañana el candidato a presidente ha desgranado sus proyectos para la España de los próximos cuatro años. Una propuesta modernizadora, comprometida con lo social y anclada en una acción económica potente que en la nueva situación resulta básica para continuar garantizando el progreso.

Esta tarde será el momento del líder de la oposición y del resto de los grupos que tomarán posición frente a la gobernación del país en la legislatura que surgió el 9 de marzo.

Un debate siempre de alto interés que en esta ocasión viene singularizado por confirmar si la elección es por mayoría simple y por la marea interna del PP que convierte el discurso de Rajoy como prácticamente una investidura de líder de la oposición.

Zapatero parece decidido a dotar de la máxima autonomía su mandato y abrir un diálogo multilateral sostenido sin acuerdos preestablecidos para todo el periodo. Durante muchos meses desayunamos con la radical crítica a los compañeros de viaje del gobierno. El PSOE más cerca de la mayoría absoluta quiere combinar más acuerdos con mayor capacidad de maniobra para desarrollar su programa.

Rajoy está ante la encrucijada de una renovación partidaria navegando en un campo de minas donde ayer mismo sonaron las alarmas con el amago de la presidenta de la Comunidad de Madrid de presentarse en el próximo congreso conservador. Un evento que ahora ocupa y preocupa al presidente Camps que ya habituado a no gobernar continúa entretenido en lo suyo, es decir, aquello que le afecta a él y a su partido.

Por encima de todo, sobrevuela un deseo y una obligación. Una sensata aspiración a liquidar la estrategia de la crispación para mejorar la convivencia y la urgente cohesión de la política y de los agentes socioeconómicos porque la desaceleración exige respuestas serenas, firmes e inmediatas.

Buena semana.

La luz de la justicia.

Dicen los comentaristas deportivos que el mejor árbitro es aquel que pasa desapercibido. En el fondo, todos quienes administran la justicia deberían permanecer en el ámbito de una eficacia que serena y discretamente atendiera el control cotidiano de las reglas de convivencia.

La crónica de los hechos, sin embargo, nos aleja demasiadas veces de ese guión. El caso Mari Luz, la niña asesinada por un pederasta ha vuelto a poner los focos en el funcionamiento del servicio público de la justicia. Cuando se producen situaciones dramáticas aparecen voces pidiendo el endurecimiento de las leyes y todos los actores de dentro y fuera del procedimiento miran hacia el otro lado buscando culpabilidades ajenas en un ejercicio de confusión que al final parece destinado al suburbio de lo incontestable.

El delito cometido nos produce indignación, rabia y una escala de sentimientos que no permiten objetividad alguna en un proceso donde cualquier presunto culpable cuenta con la salvaguarda de la presunción de inocencia. En este caso, parece que el problema está más en la gestión que en el marco del Código Penal.

Por la memoria de la víctima y por esa familia definitivamente herida, lo primero es llegar hasta el final en la investigación de los errores cometidos y si, finalmente, se confirma la indolencia del juez, el Consejo General del Poder Judicial debe tomar las decisiones pertinentes en función de la gravedad de la pasiva inacción.

Esa actuación disciplinaria la debe tomar una alta institución del estado que hace varios años debería haber sido renovada y que el PP ha conseguido boicotear a beneficio de inventario. El poder de los jueces –con la legitimidad cuestionada- llevó a cabo una investigación que al parecer no detectó ningún resquicio de problema por lo que la encuesta de fallos en cadena también deberá llegar a la cúpula de la justicia.

Una situación que se repite cansinamente en el Tribunal Constitucional, sometido al bloqueo por parte de los conservadores que urdieron distintas maniobras para conseguir sentencias más acordes con su dirección política que en la lectura de la Constitución.

Hoy se constituyen el Congreso de los Diputados y el Senado surgidos de la convocatoria electoral. En los primeros pasos de la legislatura, la puesta al día de la justicia es una auténtica urgencia.

No me refiero simplemente al cumplimiento constitucional en la renovación de los pilares institucionales que sostienen el estado de derecho. Esto es una obviedad que los grupos parlamentarios deben sustanciar más pronto que tarde para no dejar en evidencia al sistema. Pero además es tiempo ya de dotar al servicio público de la justicia de una calidad y eficacia que no permita fallos trágicos de los que arrepentirse.

Sentencias que no llegan nunca, procesos que se dilatan hasta el infinito, cambios incesantes de jueces y fiscales adornan un recorrido tantos días angustiosos para los justiciables.
La agenda de la legislatura viene cargada de economía pero también la administración de la justicia merece un sentido esfuerzo para fortalecer la convivencia.

Y -ya saben- la convivencia es siempre la prioridad porque como el arbitraje cuando menos se notan sus conflictos, mejor para todos.

Sin justicia, no hay convivencia.

Buena semana.