La doble investidura
Publicado el jueves, 10 de abril de 2008 por Ximo Puig Ferrer
Esta mañana el candidato a presidente ha desgranado sus proyectos para la España de los próximos cuatro años. Una propuesta modernizadora, comprometida con lo social y anclada en una acción económica potente que en la nueva situación resulta básica para continuar garantizando el progreso.
Esta tarde será el momento del líder de la oposición y del resto de los grupos que tomarán posición frente a la gobernación del país en la legislatura que surgió el 9 de marzo.
Un debate siempre de alto interés que en esta ocasión viene singularizado por confirmar si la elección es por mayoría simple y por la marea interna del PP que convierte el discurso de Rajoy como prácticamente una investidura de líder de la oposición.
Zapatero parece decidido a dotar de la máxima autonomía su mandato y abrir un diálogo multilateral sostenido sin acuerdos preestablecidos para todo el periodo. Durante muchos meses desayunamos con la radical crítica a los compañeros de viaje del gobierno. El PSOE más cerca de la mayoría absoluta quiere combinar más acuerdos con mayor capacidad de maniobra para desarrollar su programa.
Rajoy está ante la encrucijada de una renovación partidaria navegando en un campo de minas donde ayer mismo sonaron las alarmas con el amago de la presidenta de la Comunidad de Madrid de presentarse en el próximo congreso conservador. Un evento que ahora ocupa y preocupa al presidente Camps que ya habituado a no gobernar continúa entretenido en lo suyo, es decir, aquello que le afecta a él y a su partido.
Por encima de todo, sobrevuela un deseo y una obligación. Una sensata aspiración a liquidar la estrategia de la crispación para mejorar la convivencia y la urgente cohesión de la política y de los agentes socioeconómicos porque la desaceleración exige respuestas serenas, firmes e inmediatas.
Buena semana.
Esta tarde será el momento del líder de la oposición y del resto de los grupos que tomarán posición frente a la gobernación del país en la legislatura que surgió el 9 de marzo.
Un debate siempre de alto interés que en esta ocasión viene singularizado por confirmar si la elección es por mayoría simple y por la marea interna del PP que convierte el discurso de Rajoy como prácticamente una investidura de líder de la oposición.
Zapatero parece decidido a dotar de la máxima autonomía su mandato y abrir un diálogo multilateral sostenido sin acuerdos preestablecidos para todo el periodo. Durante muchos meses desayunamos con la radical crítica a los compañeros de viaje del gobierno. El PSOE más cerca de la mayoría absoluta quiere combinar más acuerdos con mayor capacidad de maniobra para desarrollar su programa.
Rajoy está ante la encrucijada de una renovación partidaria navegando en un campo de minas donde ayer mismo sonaron las alarmas con el amago de la presidenta de la Comunidad de Madrid de presentarse en el próximo congreso conservador. Un evento que ahora ocupa y preocupa al presidente Camps que ya habituado a no gobernar continúa entretenido en lo suyo, es decir, aquello que le afecta a él y a su partido.
Por encima de todo, sobrevuela un deseo y una obligación. Una sensata aspiración a liquidar la estrategia de la crispación para mejorar la convivencia y la urgente cohesión de la política y de los agentes socioeconómicos porque la desaceleración exige respuestas serenas, firmes e inmediatas.
Buena semana.