Lloviendo piedras sobre Virgina.

La matanza inmisericorde en el campus universitario de Virginia, ha conmovido los cimientos de una sociedad que actúa como metrópoli porque lo es. El efecto de la globalización hace que veamos cada día más cercanos los acontecimientos más diversos aunque con el mapa en la mano, estén tan lejanos.

Desde el asesinato masivo, irracional, enloquecidamente sin sentido cometido por el estudiante Cho Seung-Hi, no paro de acordarme del magnífico documental de Michael Moore que dirigió tras los terribles sucesos de Colombine, un instituto de secundaria de Colorado donde hace ocho años 13 personas perecieron asesinadas por dos alumnos que después se suicidaron.

En aquel momento, como ahora, los sectores más conservadores de la sociedad americana insertados algunos de ellos en la Asociación nacional del rifle acudieron en masa a poner el grito supuestamente liberal de la tenencia de armas como hecho identitario, nacional, irreversiblemente constitucional.

Ya se sabe –Helenio Herrera,dixit- la mejor defensa es un buen ataque. Así lo interpreta el armero que surtió de los efectivos armamentísticos al asesino múltiple:”Si los estudiantes hubieran estado armados hubieran aniquilado antes al homicida”, sentenció el mercader, impasible, convicto de una ideología que le permite huir de la mala conciencia.

En Estados Unidos lo demostró con gran clarividencia Moore comprar una escopeta o una ametralladora es tan fácil como hacerse con una barra de pan o una coca-cola.

El virus de la violencia no es una exclusiva made in usa. En los últimos años muchos países europeos entre otros el nuestro han visto como en los institutos surgían enfrentamientos, se visualizaban vejaciones, aumentaba la presencia del conflicto y con ella la desazón sobre qué está pasando con nuestros adolescentes.

El testamento del joven asesino, televisado sin pudor por una cadena americana en horario de máxima audiencia –también, por supuesto sin ningún hálito de mala conciencia-, viene a sintetizar un cóctel de graves distorsiones mentales con fundamentalismo pseudoreligioso y una inmensa soledad.

No hay explicación para semejante tragedia dicen las autoridades del campus y del país pero lo cierto es que el propio sentido científico universitario y la responsabilidad de quienes gestionan la sociedad no pueden parapetarse en el determinismo fatalista.

Porque además del antecedente de Colombine, en la propia universidad de Virgina Tech a finales de agosto del años pasado un joven mató a dos personas.

El debate sobre el control de armas en la sociedad americana es absolutamente pertinente. El año pasado 3000 menores murieron por armas de fuego en Estados Unidos y eso no puede despacharse con la grandilocuencia patética del presidente de la Asociación nacional del Rifle, el ex actor Charlon Heston que en la película de Moore blandiendo el rifle reta a ver quien es capaz de arrebatárselo en nombre de la libertad.

El país más desarrollado del mundo no puede pasar por alto valores básicos de la civilización que tanto dicen defender y mandar mensajes al mundo tan ferozmente contradictorios.

Por lo demás, la aportación del libro a la libertad es significactivamente superior al rifle. Y la de Antonio Gamoneda al espíritu y a la cultura bastante superior a la de Charlon Heston. Y hoy dia de Sant Jordi, día de reivindicación del libro como instrumento de la cultura, la paz y la libertad permítanme que les regale un poema de ese gran poeta Gamoneda que hoy recibe de manos del Rey el premio Cervantes.

AMOR

Mi manera de amarte es sencilla:

te aprieto a mí

como si hubiera un poco de justicia en mi corazón

y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos

algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro

a estar contigo en paz y a estar en paz

con un deber desconocido

que a veces pesa también en mi corazón.

Con mis mejores deseos, buena semana.

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