De nuevo, el mundo.
Publicado el martes, 13 de noviembre de 2007 por Ximo Puig Ferrer
Ensimismados con nuestras cosas, esta semana ha irrumpido la política internacional y se ha puesto en el centro del escenario ese instrumento fundamental para la convivencia entre los países que no es otra cosa que la diplomacia.
La situación provocada en el Chad por el supuesto secuestro masivo de niños por parte de una ONG francesa, la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla y la cumbre iberoamericana de Santiago de Chile con el incidente provocado por Chávez, han puesto de relieve que la política exterior de España goza de buena salud, vigor y autonomía.
El suceso del Chad debe abordarse desde distintas perspectivas pero, por encima de todo, el intento de secuestro de un centenar de niños. Éste es el asunto central porque se trataría de confirmarse de un delito de una gravedad penal extrema y de un comportamiento humano deleznable que mancha la imagen del papel extraordinario de las organizaciones voluntaristas. Con todas las garantías, es exigible la aclaración definitiva de lo que ha pasado, sentenciar a los culpables si los hay y sobre todo conseguir que los niños vuelvan a su casa y, a ser posible, resarcirles del sufrimiento infringido.
Y de otra parte, la liberación de los miembros de la tripulación española que se vio inmersa en una situación de la que no tenían ninguna responsabilidad. La labor callada, silenciosa y eficaz de los diplomáticos españoles que en una acción diametralmente distinta a la puesta en escena mediática del presidente Sarkozy, ha conseguido el objetivo de traer a los ciudadanos españoles desde el respeto debido a todos los países sea cual sea el total de su producto interior bruto.
La actitud de Sarkozy en unas versión algo patética de superman consiguió retrasar unos días la liberación de los pilotos españoles según ellos mismos afirmaron en su regreso. Lo que es difícilmente admisible es la prepotencia del presidente francés al afirmar que en cualqeire caso sean culpables o inocentes se los traerá a París. La grandeur es otra cosa más ligada a los principios de libertad, igualdad y fraternidad que simbolizó la Marsellesa.
La autonomía es un factor clave en la política exterior. Los amigos –si lo son- no pueden pedirte ninguna indignidad. El jefe del estado español y el jefe de gobierno pueden y deben hacer patente su presencia en el territorio cuando se estime procedente. Ceuta y Melilla están en otro continente pero forman parte de una historia que no sólo se escribe en términos geográficos. La relación con Marruecos es fundamental para España pero su política interna no puede condicionar tampoco la acción del gobierno español. Las relaciones han mejorado y deben mejorar más pero desde el respeto, sin prejuicios, sin prepotencia, sin patriotrrismeos como el hito que popularizó a la cabra de la Legión en el asalto a Peregil.
Hay política exterior. Por más que el PP se haya empeñado en ridiculizar la presencia española en el mundo, el gesto del presidente Zapatero y del Rey Juan Carlos en Santiago de Chile han evidenciado la coherencia que combina fortaleza y respeto en un espacio en el que España se jeuga mucho por principios y por intereses.
Chávez exhibió el cuartelero que lleva dentro. El autoritarismo populista no tiene nsda que ver con la izquierda. El socialismo democrático no es posible sin la libertad. No puede existir justicia social sin libertad. No existe democracia sin respeto.
Andaba esta semana Aznar presentando su libro y arremtiendo contra el gobierno y ensalzando a su amigo Sarko que al parecer le produjo un tremendo retortijón patriótico cuando ae+terrizó en Torrejón, cuando llegó Chávez a recordarle su participación en el golpe contra el venezolano. Y en medio de una cumbre que tenia como objetivo de Bahcalet, Llua y Zapaterio la cohesión social y la lucha coontrqa la pobreza, el presidente presentador lenguaraz insultó al expresidente. Y el presidente tantas veces vapuleado por Aznar, cumplió con su deber y exigió el respeto para quien fue presidente porque así lo decidieron los españoles. Exactamente igual que ahora Zapatero, aunque algunos del PP no parece que se hayan enterado.
En España se pone el sol pero conforta el creciente esplendor de una acción exterior cimentada en los valores de la democracia. Libertad, igualdad y fraternidad.
Buena semana y buena suerte.