Un hedor inquietante

Nada presagiaba la tragedia que se vivía en aquella casa normal de barrio normal en una ciudad de una normalidad apabullante. El austriaco de bigotillo recortado que ha protagonizado las portadas, los espacios televisivos, las tertulias livianas o los sesudos debates y ha conmocionado a la opinión púbica europea ejerció durante un cuarto de siglo como aquellos dioses vengativos de la antigüedad en cuyas entrañas sólo habitaba la peor versión del mal.


La espeluznante cosmovisión que les hizo padecer a sus hijos el monstruo de bigotillo recortado, la catástrofe moral que provocó en su perverso ataque a la dignidad de unas personas tan absolutamente cercanas a él, producen un desasosiego rebosado de inquietud sobre la sociedad europea.


Sí porque es que ha pasado aquí, en un país con la renta per cápita por encima de la media de la Unión, con un potente estado del bienestar, con una supuesta alta definición de la civilización. Ha pasado aquí en el norte donde se mira por encima del hombro a los subdesarrollados.
La estupefacción, sin embargo, no tiene límites. Este domingo centenares de curiosos, incluso turistas, se dirigieron a la casa de los horrores para hacerse fotos tal cual parque temático se tratara. Oigan ¿aquí qué nos pasa?. A veces piensas que la intoxicación masiva de realitis-shows ha invadido miles de conciencias secuestradas por la necesidad de aparecer en ese mundo donde la realidad y la ficción ya no tienen barreras.


Por aquí el escándalo viaja afortunadamente en otros vagones más o menos indecentes pero sin atisbos de semejante crueldad. La sobrina de Rouco se densuda para denunciar la doble moral de su tío el presidente de la Conferencia episcopal, ningún juez parece interesado en resolver el Caso Fabra, Zaplana se concecta a la aristocracia telefónica y la Generalitat Valenciana continúa sin oir el quejido de miles de personas que exigen el cumplimiento de la ley de la dependencia.


La televisión te pone en el plato la foto de ese austriaco con bigotillo recortado y el zapping de urgencia te conduce al mundo salvaje. Miras el comportamiento de esos animales no dotados de la razón y constatas que ellos jamás lo hubieran hecho.


Y te preguntas, entre el hedor inquietante, dónde está la frontera entre lo salvaje y lo racional.

Buena semana y ayudemos a los hermanos de especie que están sufriendo tanto en Miamar.

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