FRACASO CAMPS - ¿Para qué sirve la cláusula Camps?

Lo que resulta insoportable del discurso de un político es tener la sensación, la convicción o la pura constatación que se dirige hacia el público con el desprecio de quien más allá de su nariz sólo ve desinformados o dicho suavemente ingenuos destinados a comprar cualquier suerte de propaganda.

Esta semana el presidente de la Generalitat ha hecho una cabriola que sólo desde ésa visión que les comentaba puede entenderse.

Después de no haber querido situar en el Estatuto nada referido a la financiación y Haber conseguido que no figure ninguna mención a las inversiones estructurales pendientes –aquello que en algunas comunidades han denominado deuda histórica-, después de haber hecho el ridículo espantoso al presentar un recurso de anticonstitucionalidad contra el estatuto de Andalucía porque incorporaba una disposición que cifraba un porcentaje de inversiones durante un periodo determinado y ser literalmente desautorizado por el Alto Tribunal que tildó de extravagante la actitud del gobierno valenciano, después de exhibir urbi et orbe la famosa cláusula que bautizó como solución para todo el desarrollo institucional, ahora resulta que Camps quiere cambiar el estatuto para poner una disposición semejante a la de andaluces y catalanes.

En el debate de la reforma del estatuto valenciano, Camps –más ausente que nunca- se sacó un conejo de la chistera que venía a decir que cualquier cosa que apareciera en cualquier reforma estatutaria y fuera supuestamente beneficiosa seria inmediatamente abducida por nuestra carta autonómica.

Ahora, el PP para responder a unos presupuestos generales del estado que con el mayor crecimiento de todas las comunidades autónomas han dejado en evidencia la política victimista, ha reabierto por unas horas la reforma de la reforma para situar en el papel aquello que el PP valenciano ha recurrido en Andalucía y que el PP de España ha recurrido en Catalunya.

Se trata del reconocimiento más sonoro de un fracaso y -sin faltar- de una estafa perpretada con alevosía. ¿Para que sirve la cláusula Camps? .La cláusula Camps no sirve para nada.

Eso ya lo dijeron los especialistas en derecho constitucional, la oposición y sobre todo, el sentido común.
Pero ahora es el propio inductor quien da el golpe mortal a la cláusula-ilusión.

Y como de lo que se trata es confundir se solapa el sistema de financiación con las inversiones territorializadas.

Yo ya entiendo que al final esto sea un rollo que supera a cualquiera y que a acaba aburriendo a todos aunque se trate de la gasolina para que el país marche. Ese es el resultado final que pretende el inductor.

Debates falsarios, bueno Camps, malo ZP, maniqueísmos sustentados en la
demagogia y una persistencia mecánica en la mentira continuada son la receta Camps que tan buen resultado le ha dado a él y tan rácano beneficio a los valencianos.

Y ADEMÁS

El desaguisado Camps ha sucumbido en los medios, sin embargo, ante el nuevo revival Ibarretxe.

El lendakari vasco ha ensayado una nueva huida hacia delante que orientada en el peor atributo del nacionalismo pone por delante sus intereses personales e intrapartidarios eso sí en nombre de la patria.

Josu Jon Imaz, un político clarividente en Euzkadi, ha perdido la batalla de la sensatez frente a quienes tensan la cuerda con el único objetivo de conseguir unas cuantas bazas de ventajismo. Como bien dice el aún líder del PNV el acuerdo prioritario es el diálogo entre diferentes, la convivencia entre los vascos de todas las ideas, no la relación del País Vasco y España. Y por encima de todo, el fin de la violencia.

Los ciudadanos vascos han decidido durante estos 30 años de democracia pero para el lendakari lo que no sea su solución de alambicados referendums no parece acomodarse a su necesidad convertida en la de todos.

Vaya semanita la de algunos presidentes autonómicos.
Buena semana y buena suerte.

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